La sustentabilidad en la arquitectura argentina se ha comenzado a aplicar, si. El tema es cómo. Estamos ante un cambio de paradigma a nivel mundial, una evolución cultural donde se ha logrado adquirir una conciencia ecológica colectiva, gracias a las nuevas generaciones, que impacta en los cimientos de nuestra sociedad. La sustentabilidad empieza a marcar agenda, pero, ¿qué es, y cómo se aplica en la arquitectura?
La idea de base en la sustentabilidad es simple: reducir al máximo la huella de carbono. Esto se logra de muchas maneras. En el uso cotidiano de un edificio por ejemplo se debe reducir el consumo energético: bajar la necesidad de acondicionamiento de aire mejorando la aislación térmica, diseñando corrientes naturales de aire o utilizando energías renovables, entre algunas opciones. Reutilizar el agua acumulada de lluvia, pre-calentar solarmente agua de uso o calefacción, generar un pozo canadiense, hay muchas variantes técnicas para reducir consumos. Pero no solo el uso cotidiano es lo que genera una huella. La producción de los materiales o de las tecnologías utilizadas en el ahorro energético y su deposición luego de acabada su vida útil pueden contaminar mas incluso que no utilizarlos. Por ejemplo, que costo ecológico tiene realizar un ladrillo especial (de EPS por ejemplo) para mejorar la aislación térmica de un paramento, o qué se hace con las baterías y mismo con los paneles fotovoltaicos una vez que no sirven mas, ¿son reciclables? Hay que tener mucho cuidado con que técnicas se eligen para cada proyecto, y ver si el objetivo real es la sustentabilidad o la apariencia. Debemos evitar con este tema caer en la moda pasajera, o que sea simplemente un estilo de época: ARQUITECTURA VERDE. En mi opinión este es uno de los grandes enemigos de la arquitectura sustentable: aparentar. Un techo verde por ejemplo es una técnica simple de realizar y tremendamente efectiva, al punto de que se viene utilizando desde siempre en la historia de la arquitectura mundial (variando según región). Un sustrato de tierra sobre una cubierta con vegetación silvestre logra bajar la temperatura del ambiente ampliamente gracias a esa capa natural de aislación, además de que tiene la ventaja de mejorar el drenaje pluvial al tener que saturarse una capa de tierra antes de empezar a drenar. Utilizar esta técnica en una cubierta abierta como la de una estación de servicio carece de sentido ecológico, solo genera esa apariencia “verde”.
El segundo enemigo de la arquitectura sustentable en nuestro país es el costo. No solo se reduce la huella de carbono utilizando estas técnicas, también se reducen los costos de servicios mensuales. El objetivo de una buena construcción sustentable es también que sea económicamente sustentable. Es inevitable que haya una inversión inicial mas alta, pero es fundamental en el diseño del proyecto sustentable que esa inversión se pueda recuperar a mediano o corto plazo, convirtiéndose en ganancia. Para esto necesitamos cambiar urgentes la legislación, algo que se viene intentando hacer, y se ha hecho en algunas zonas, pero falta. Por ejemplo, uno puede utilizar su cubierta para generar energía eléctrica mediante paneles, la cual indefectiblemente va a generar un remanente. Sin una ley que permita inyectar ese remanente a la red de servicio entonces se deben utilizar baterías, las cuales duplican el costo inicial del sistema además de ser un elemento con vida útil y al día de hoy no reciclable.
Por ultimo, el tercer enemigo de la arquitectura sustentable en Argentina es la mano de obra no calificada para las técnicas importadas. En nuestro país abunda la mano de obra para construcción tradicional, que es la que mas se utiliza. Este tipo de construcción puede ser utilizada de manera sustentable, con un buen estudio del objeto y su implantación en la etapa proyectual solo basta con generar una envolvente apta, buenas ventilaciones y asoleamiento, y la correcta elección de materiales y elementos. Cubiertas verdes, cámaras de aire, parasoles, etc. Sin embargo, las tecnologías importadas que se traen como la salvación ecológica son difíciles de aplicar justamente porque no tenemos la mano de obra calificada. Es importante tomar de esas tecnologías los fundamentos básicos, pero seria mucho mas rico si se pudieran aplicar con los elementos regionales humanos y materiales. No digo que no se puedan utilizar tecnologías importadas ya que a veces son indispensables,
sino que se utilicen con criterio y no por puro capricho.
En resumen, debemos enriquecer la arquitectura sustentable en Argentina, apropiarnos de ella, evitar caer en modas, lograr bajar costos para su aplicación y alentar su utilización.